Maria Girón. Nací en Barcelona en 1983 y crecí en la Garrotxa (una comarca de Gerona), en una casa muy grande y muy antigua rodeada de árboles, el escenario perfecto para inventar historias y aventuras con mi hermano.
Mi madre pintaba cuadros y hacía esculturas, y yo me sentaba a su lado y me quedaba mirando. A menudo me ponía también manos a la obra y dibujaba con la espontaneidad que tienen los niños y que, a medida que te haces mayor, vas perdiendo. Fueron pasando los años y poco a poco fui dejando de jugar, de imaginar y de dibujar.
Hasta que me matriculé en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. Y allí me volví a encontrar con los pinceles, las pinturas y la Maria más creativa. En cuarto curso me fui a vivir a Bolonia (Italia), donde descubrí el grabado. El año siguiente lo pasé en la Universidad de Sevilla. Y después volví a Barcelona y estudié ilustración en la Escola Llotja.
Hace poco más de un año que soy madre. Y este libro lo he ido ilustrando a ratitos, aprovechando todas las siestas de mi hijo.